Los suelos laminados en Bilbao tienen una gran demanda en los hogares por las innumerables ventajas y el confort que ofrecen (resistentes, solidos, conductores de calor). Sin embargo, como cualquier otro material, necesita un cuidado específico para no perder las propiedades que lo componen.

Como todos los pavimentos comunes, los suelos laminados en Bilbao precisan un mantenimiento regular para prevenir las grietas y la erosión producidas por el paso del tiempo. No obstante, con el objetivo principal de no causar daños con métodos de limpieza inapropiados, existen formas correctas de llevar a cabo dicha operación:

1. Trapo seco para el polvo: por muy resistente que sea el laminado, si dejamos que el polvo y los distintos residuos que se generan en nuestras casas campen a sus anchas, se pueden llegar a rayar. En este sentido, también es efectivo un aspirador con el cepillo suave (nunca con las cerdas duras) y es conveniente pasar el trapo en el sentido en el que se han colocado los mosaicos.

2. Limpiar los derrames de líquido inmediatamente: debemos tener mucho cuidado cuando derramamos algún tipo de líquido sobre la lámina. De hecho, el agua es de los elementos que más estropea este suelo. Por lo tanto, es fundamental evitar que se moje durante mucho tiempo.

3. Lavar con agua caliente: un lavado con agua caliente o templada es la solución ideal porque apenas daña el recubrimiento protector del laminado. Asimismo, si el suelo no está demasiado humedecido, podemos dejar que se seque solo. Por el contrario, sobre todo en épocas de invierno, es indispensable pasar un trapo seco para impedir que el agua acabe penetrando en las juntas de las láminas.

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